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Tuberculosis: ¿Qué es y cómo tratarla?

La tuberculosis es la decimotercera causa de muerte en todo el mundo, además de la enfermedad infecciosa más letal por detrás de la COVID-19 según la organización mundial de la salud. Esta enfermedad es causada por una bacteria, cuyo nombre más conocido en la población es el bacilo de Koch, la cual compromete con mayor frecuencia al pulmón teniendo un curso usualmente lento y progresivo. En esta oportunidad, el Dr. Luis Ricardo Illescas, médico infectólogo de la Clínica Ricardo Palma nos brinda mayor información.

Forma de transmisión de la tbc

La tuberculosis se transmite de persona a persona por medio de microgotas infectantes que se encuentran flotando en el aire expelidas con la tos de aquellas personas que tienen la enfermedad y aún no han sido tratadas. La persona que inhala las microgotas puede desarrollar la enfermedad o no dependiendo de su condición inmune.

Síntomas

Los síntomas más comunes son:

  • Tos
  • Expectoración 
  • Fiebre 
  • Baja de peso 
  • Sudoración nocturna

Tratamiento

En la actualidad la tuberculosis requiere un tratamiento que se da por varios meses e incluye varios medicamentos en combinación. Desafortunadamente, los casos de pacientes con tuberculosis resistentes al tratamiento regular van en aumento. Para ellos se requiere tratamientos con esquemas más complejos, más largos y más incómodos. Si la enfermedad avanza mucho antes de que sea tratada de manera efectiva, sin duda puede dejar secuelas irreversibles en el órgano afectado, sobre todo el pulmón.

Es de suma importancia cumplir adecuadamente los tratamientos antituberculosos, sin interrupciones y completando todo el régimen prescrito. De lo contrario, no se conseguirá la curación y el bacilo adquiriría resistencia a los medicamentos. Si esto sucediera, la persona afectada se convertirá en foco de una enfermedad más dañina y letal porque al toser las microgotas llevarán una bacteria infecciosa más peligrosa para la comunidad.

Fuente: Clínica Ricardo Palma

 
Es de suma importancia cumplir adecuadamente los tratamientos antituberculosos, sin interrupciones y completando todo el régimen prescrito. De lo contrario, no se conseguirá la curación y el bacilo adquiriría resistencia a los medicamentos.
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