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Cómo evitar las pesadillas

Las pesadillas son un mal sueño que puede producir angustia, miedo, ansiedad o terror. La mayoría de las pesadillas se producen en la fase REM del sueño, que se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos bajo los párpados. El 4%, a las que se denomina terrores nocturnos, se producen en la fase no REM.

¿Qué causa una pesadilla?

Las pesadillas pueden ser una forma de liberar las tensiones del día. Estas comienzan a aparecer alrededor de los 10 años y se producen con mayor frecuencia durante la etapa infantil. Aunque esto no significa que no se presenten durante la edad adulta.

El hecho de tener pesadillas de forma recurrente o puntual puede deberse a diferentes factores causales:

  • Estar en un estado de fragilidad emocional.
  • Estar en un estado de ansiedad.
  • Haber sufrido un episodio traumático que ha dejado huella en el consciente o en el subconsciente.
  • Factores ambientales, como el ruido exterior, que se perciben durante el sueño de forma no consciente y que ocasionan un cambio brusco de las fases del sueño.

A veces cuando uno está enfermo es habitual tener pesadillas. Incluso algunos tratamientos farmacológicos pueden alterar el ritmo del sueño y ocasionar pesadillas, o bien, algunas enfermedades como la apnea del sueño, el estrés postraumático o el estado de depresión.

¿Cómo controlar las pesadillas?

Las pesadillas que ocurren de forma recurrente, generalmente, se deben a factores controlables, así como gran parte de las pesadillas puntuales. Una de las principales medidas que se pueden tomar para evitar las pesadillas es una buena higiene del sueño.

La higiene del sueño es una serie de hábitos y rutinas que se adoptan con el fin de facilitar el sueño y su calidad. Entre las medidas que se deben de tomar para evitar las pesadillas son:

  • Evitar las comidas copiosas antes de acostarse.
  • Mantener unas condiciones ambientales adecuadas: temperatura, ventilación, iluminación y otras más.
  • Practicar ejercicios de relajación antes de acostarse si notamos que estamos nerviosos, ansiosos o tenemos problemas emocionales.
  • Utilizar tapones para los oídos si hay un ruido ambiental excesivo que impide conciliar el sueño con normalidad.
  • Si las pesadillas se producen coincidiendo con el inicio de un tratamiento farmacológico, hay que consultar con el médico por si pudiera tratarse de un efecto adverso.

Algunos expertos sugieren escribir en un papel todo lo relacionado con la pesadilla, para luego leerlo en voz alta, romper el papel y tirarlo. El subconsciente lo percibirá con un efecto terapéutico. Por otro lado, si el paciente es un niño es posible que se sienta más relajado si duerme acompañado de un muñeco o peluche que le ayude a sentirse más seguro.

¡RECUERDA! Si las pesadillas persisten o no desaparecen lo mejor es consultar con un especialista o un psicólogo que nos pueda ayudar a buscar la razón de estos malos sueños.

Fuente: Sanitas

 

A veces cuando uno está enfermo es habitual tener pesadillas. Incluso algunos tratamientos farmacológicos pueden alterar el ritmo del sueño y ocasionar pesadillas.

 

 

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