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Diferencias entre alergias y resfriados

Son muchas las patologías que, en ocasiones, comparten algún síntoma. Es lo que ocurre entre la rinitis alérgica y un resfriado común. Veremos cuáles son las pistas que nos orientan hacia uno u otro, cómo saber diferenciarlos, y cuáles son las medidas a adoptar o el tratamiento a seguir.
Alergias vs resfriados

¿Si no podemos evitar el alérgeno?

Cuando no podemos evitar el contacto con la causa de nuestra alergia, debemos tomar medicación que mitigue los síntomas. Se llaman antihistamínicos puesto que su misión será evitar la liberación de la histamina, una sustancia que generan los eosinófilos cuando estamos en contacto con algo que nos produce alergia, y que es responsable de los síntomas. A veces, cuando los síntomas son moderados, o cuando se asocia a sensación de falta de aire, se requieren otros tratamientos como los broncodilatadores, para ayudarnos a respirar mejor.

 

¿Cómo saber a qué somos alérgicos?

Ante síntomas de alergia persistente o refractaria al tratamiento, nuestro médico de familia nos derivará al alergólogo (médico especialista en alergias) ya que será quien puede solicitar pruebas de alergia, para saber ante qué alérgeno tenemos los síntomas. Se realizan en la piel de los antebrazos, colocando una pequeña concentración de alérgeno en una pequeña raspadura. Es una prueba totalmente indolora. Su nombre es Prick test.
Un tratamiento más enfocado al medio plazo es el de las vacunas. Se realiza en función de los resultados de las pruebas de alergia. El laboratorio farmacéutico prepara los viales con concentraciones progresivas, para que nuestro cuerpo se “adapte” a la presencia de dichos alérgenos, poco a poco.

 

Si mis síntomas se inician en primavera

Los síntomas de inicio son muy parecidos, pero aquí tienes algunas claves para diferenciarlos:

  • Presencia o ausencia de febrícula: si la hay, podemos sospechar que estamos ante un proceso catarral.
  • Duración de los síntomas: si los síntomas se prolongan más allá de 7-10 días, podemos estar ante un proceso alérgico.
  • Estacionalidad: hay alérgenos específicos de primavera, otoño o incluso que duran todo el año.
    Síntomas intermitentes: cuando los síntomas son intermitentes, nos indica que pudiera tratarse de una alergia, pues los síntomas aparecen ante la presencia del alérgeno. Por ejemplo, cuando voy a casa de mi amiga que tiene un gato o cuando voy al campo. Y cuando no estoy en presencia de los mismo, los síntomas desaparecen o se mitigan.
  • Síntomas oculares: cuando el prurito (picor) se extiende a varias mucosas (nasal, faríngea, ocular), generalmente estamos ante una alergia.

¿Cuándo debo consultar con el médico?

Consultaremos con el médico cuando el proceso se prolongue más allá de cuatro o cinco días, cuando aparezca fiebre o síntomas de alarma como dificultad para respirar o afectación del estado general o cuando aparezca una mucosidad verdosa (compatible con una sobreinfección bacteriana). Pero también si sospechamos que podemos estar ante una alergia (los síntomas solo aparecen ante determinadas circunstancias o determinados alergenos) sobre todo para la realización de pruebas específicas para llegar al diagnóstico, o cuando no mejora con el tratamiento convencional.


Si experimentamos síntomas prolongados por más de cuatro o cinco días, fiebre, dificultad para respirar, un empeoramiento general o una mucosidad verdosa, es importante buscar atención médica. También es recomendable consultar a un médico si sospechamos una reacción alérgica, si los síntomas persisten a pesar del tratamiento convencional o si se requieren pruebas específicas para un diagnóstico adecuado. La supervisión médica adecuada nos ayudará a abordar y tratar eficazmente cualquier condición o complicación que pueda surgir.

Si experimentamos síntomas prolongados por más de cuatro o cinco días, fiebre, dificultad para respirar, un empeoramiento general o una mucosidad verdosa, es importante buscar atención médica.
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Fuente: salud.mapfre.es

 
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